La economía circular no es una moda

Probablemente todo el mundo haya oído hablar ya de la economía circular, un fenómeno que, aunque todavía permanece algo latente, muy posiblemente acabe imponiéndose en las próximas décadas, desplazando a nuestro actual modelo de economía lineal. La economía circular aparece en los medios de comunicación, en las redes sociales, en boca de políticos… Ya no hay ningún campo en el que las palabras “economía” y “circular”, pronunciadas juntamente, no hayan entrado, como si de una moda se tratase, pero ¿realmente somos conscientes de su verdadero alcance? Muchos hablan u oyen hablar de ella, pero muy pocos conocen o entienden lo que esta supone.

La economía circular es un fenómeno que está llamado a revolucionar todo nuestro actual sistema de producción y consumo, lo que provocaría un cambio radical en nuestro modelo económico, en todos los sentidos, desde el mercado laboral, hasta los procesos de fabricación y las tendencias de consumo. La economía circular no es simplemente una tendencia que una empresa cualquiera adopta para “parecer más sostenible”, como muchos, erróneamente, creen, la economía circular ya se está materializando en un conjunto de teorías y políticas que se están debatiendo e implantando, progresivamente, tanto a nivel local, como a nivel nacional, europeo e internacional.

Muchas veces parece que muchas empresas se suman a la economía circular simplemente para lanzar a los consumidores, que cada día están más concienciados con esta realidad, el mensaje de que ellas son sostenibles y de que sus productos son respetuosos con el medio ambiente, habiendo sido fabricados según los estándares de sostenibilidad, y así poder vender mejor sus productos ante unos consumidores que quieren, de alguna forma, contribuir al cambio. Evidentemente, que los consumidores empiecen a demandar nuevos productos más sostenibles y que haya empresas dispuestas a ofrecerlos, es una buena señal, síntoma de que las cosas están empezando a cambiar, y es una de las diversas manifestaciones de la economía circular; no obstante, por otra parte,un bombardeo constante en medios de comunicación, en redes sociales, en anuncios publicitarios en la televisión o en las marquesinas de autobús, sin informar a los consumidores de la necesidad o la razón de desarrollar estos cambios, puede hacer creer a buena parte de ellos (incluso a mí me ha dado esa sensación varias veces), que la economía circular es simplemente una moda, una necesidad creada por las empresas, para que escojamos sus productos antes que los de la empresa competidora, y, aunque en la mayoría de los casos, las empresas sí deciden aplicar medidas de economía circular por convicción y compromiso, en algunos otros, yo mismo tengo la impresión de que se trata más de una cuestión de imagen, que de un verdadero compromiso.

Sea por imagen o por compromiso, el cambio es bienvenido, el problema es que, si solo se queda en eso, en la imagen, sin ofrecer ninguna visión que justifique y explique la razón de ser de la economía circular, corremos el riesgo de que la economía circular parezca, para buena parte de la sociedad, una simple moda, más que un cambio imprescindible en nuestro modelo económico. Si la economía circular solo se ve como una moda por una parte de la sociedad, esta parte de la sociedad nunca se comprometerá a cambiar, porque, al verla de esta forma, pensarán que, como ocurre con las demás modas, acabará cambiando con el tiempo y otra ocupará su lugar, por lo que no es realmente nada importante o que deba ocupar su tiempo.Sin embargo, la economía circular va más allá de una simple imagen publicitaria, la economía circular nació con el fin de hacer frente a algunos de los desafíos medioambientales y económicos más importantes de nuestro tiempo.

La economía circular es un fenómeno muy amplio que sería imposible de resumir aquí, pero sobre el que ya existe información suficiente y contrastada que invito a todo el mundo a analizar,-lo que además ayudaría a comprender porque necesitamos este cambio-, por lo que mi intención en este artículo no es la de entrar a definirla, algo que ocuparía varias páginas, ni tampoco pretendo entrar a analizar las diferencias con respecto a nuestro modelo económico lineal; mi intención en este artículo es tratar de desmitificar la idea de la economía circular como una simple nueva y pasajera tendencia. Tal vez resulte un poco contradictorio que alerte de los peligros de vender la economía circular como una imagen, si no se acompaña de una explicación, y no detenerme a explicar en qué consiste esta, pero mi intención reside, fundamentalmente, en explicar no tanto qué es, sino porqué es necesaria, por ello animo a todos los lectores a buscar y analizar esa información.

Recapitulemos un poco. Ya dije antes que la economía circular es un fenómeno llamado a revolucionar todo nuestro modelo de producción y consumo, y también que las principales instituciones, a todos los niveles (destacando el papel de la Unión Europea), están adoptando medidas y políticas en el seno de la economía circular. Por tanto, sin ninguna duda, ya podemos afirmar que la economía circular ha llegado para quedarse, puesto que cada vez son más las medidas y normas que se van a implementar para consolidarla.

La economía circular nace en tiempos de cambios, algunos, quizás los más acuciantes, son los medioambientales,producidos en gran medida de manera indirecta por el desarrollo humano, como una climatología cada vez más impredecible,la disminución de la disponibilidad de recursos naturales, o la destrucción de ecosistemas; y otros, son resultado directo del desarrollo humano, como la irrupción de las nuevas tecnologías, el incremento de la población y de las ciudades, o el aumento de la producción. Lo que está claro es que estos y otros cambiosestán siendo y serán los protagonistas de esta nueva era, por lo que esta situación hacenecesario que, en el medio o largo plazo, según cómo vayan avanzando la regulación y los propios cambios, como sociedad, nos adaptemos a la nueva realidad para hacer frente al nuevo mundo que se avecina. La economía circular nace en esta época de cambios precisamente porque es el instrumento que pretende ayudarnos a lograr esa adaptación, al facilitarnos las herramientas para cambiar nuestro modelo de producción y consumo, que es tanto como decir, para cambiar nuestra forma de vida.

Si nos paramos a reflexionar sobre todas las consecuencias que tiene cambiar un modelo económico, quizás empecemos a entender que la economía circular no es solamente una imagen publicitaria o una moda. Cambiar el modelo económico afecta al mercado laboral, a los sistemas de producción industrial, a las tendencias de consumo, a la relación del ser humano con el medio, al modo en el que se prestan los servicios, etc. Algunos de estos factores ya está más que demostrado que están cambiando como consecuencia de esta nueva realidad, por lo que no nos queda otra opción que adaptarnos a los cambios si queremos seguir creciendo. La adaptación no es una opción, es una necesidad, y parte de esa necesidad ha provocado que las empresas comiencen a tomar medidas (algunas por imperativo legal) y nos ofrezcan productos o servicios de manera más sostenible, siguiendo las teorías de la economía circular, pero eso es solo una pequeña parte de la economía circular, la más llamativa o conocida, pero no la única.

Que el término “economía circular” haya entrado ya en el imaginario colectivo con fuerza es un avance, el problema es que, tal vez, en muchas ocasiones el término es mal empleado o simplemente se emplea de manera superficial y como una marca o como una moda, lo que desvirtúa enormemente su concepto y lo convierte en un simple fenómeno del que todo el mundo quiere formar parte de cualquier manera, sin importar si es la adecuada o no, o, incluso, sin importar si quiera si esas acciones se corresponden o no con la economía circular.

Detrás del término “economía circular” se esconden un entramado de teorías, de normas y de realidades muy amplio, pero cuya finalidad es común: cambiar un modelo de producción y consumo lineal, insostenible medioambiental y económicamente, por otro circular donde los procesos generen un flujo constante que contribuya a optimizar el uso de los recursos disponibles y que ayude, además, a solventar los problemas (que no son exclusivamente medioambientales), que nuestro tradicional modelo económico ha provocado. La economía circular no es una moda, es la constatación de que podemos hacer frente a los retos que nos afectan en la actualidad, sin necesidad de renunciar a nuestro progreso económico.

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